Una alimentación saludable, depende de la cantidad y calidad de alimentos que se incluyen en cada comida, pero también, debe adecuarse a la edad, sexo, peso, talla y actividad física e intelectual de cada persona. Se debe considerar también el clima y los estados especiales como embarazos, lactancia, enfermedades,etc.
El cuerpo humano puede compararse con una máquina que está siempre realizando complejas actividades, por lo que una alimentación equilibrada es el mejor combustible para mantener una buena salud.
Durante las etapas de desarrollo biológico como la niñez y adolescencia, una buena nutrición y una dieta balanceada son indispensables para un sano crecimiento. Al ser etapas de formación, es durante este periodo donde se forman los hábitos alimenticios saludables que favorecen la nutrición. Algunas estrategias para lograrlo son éstas:
- Establecer un horario regular para las comidas en familia
- Servir una variedad de alimentos y refrigerios saludables
- Dar un buen ejemplo siguiendo una dieta nutritiva
- Evitar las peleas por los alimentos y durante la hora de la comida
- Evitar ver la televisión durante la hora de la comida
- Involucrar a los niños y adolescentes en el proceso de elaboración de los alimentos y preparación de la mesa.
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